A más de dos años del ataque de Wannacry, ¿Dónde estamos ubicados?

Siguiente

 

Hace poco más de dos años, el 12 de mayo de 2017, el infame ataque de ransomware Wannacry impactó en los sistemas informáticos de 150 países alrededor del mundo. Afectando a más de 200.000 computadores de diversos sectores, desde las telecomunicaciones en España a sitios comerciales y escuelas, el malware cifró los archivos de usuario y demandó un rescate, causando una devastación sin precedentes. Si bien esto generó una gran preocupación alrededor del mundo, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido fue puesto en pausa, haciendo peligrar la vida de sus pacientes.

Al ver el panorama actual, a más de 24 meses del ataque de Wannacry, la digitalización del sistema de salud ha seguido expandiéndose en Europa, América y Asia Pacífico. Desde diagnósticos clínicos provistos de forma gratuita mediante video llamadas en regiones del Reino Unido, hasta análisis de escaneos oncológicos en Estados Unidos realizados con Inteligencia Artificial – pasando por tratamientos digitales e impresiones 3D de partes del cuerpo basadas en escaneos digitales en Austria y Alemania – e incluso la completa digitalización de historias clínicas en Estonia.

Estos avances han facilitado el acceso al servicio de saludo y están mejorando los resultados de los pacientes; pero – como con cualquier sistema digital, están ante el riesgo de ataques maliciosos. Considerando que las historias clínicas son 10 veces más valiosas que un número de tarjeta de crédito en el mercado negro, la situación es seria. Sabemos que los actores maliciosos están en la búsqueda activa de identidades médicas para su propio beneficio. Por eso, hoy es más importante que nunca seguir los pasos necesarios para proteger nuestro propio equipamiento digital, y los sistemas en los que operan.

Al repasar las lecciones que podemos aprender del estallido de WannaCry, estamos muy conformes con el buen desempeño de los sistemas y el software de ESET – la crisis de WannaCry fue el resultado del uso de un exploit llamado EternalBlue, que se aprovechó de sistemas no emparchados.

Sin embargo, al momento del impacto de WannaCry, los clientes de ESET estaban protegidos. A diferencia de otros proveedores de seguridad, la tecnología de ESET pudo bloquear el malware cuando intentaba ingresar y frenó su propagación.

Este éxito se debió a una vigilancia real que seguimos observando. Cada día, los galardonados investigadores de seguridad de ESET analizan la inteligencia obtenida de la protección de más de 100 millones de endpoints, y de nuestra cercana colaboración con organizaciones policiales internacionales como Interpol, el FBI y otras.